Las Xanas son seres fantásticos de la mitología asturiana, dicen, los que las han visto, que tienen el aspecto de pequeñas y hermosas mujeres de largos cabellos rubios y que viven prisioneras junto a los ríos y manantiales más puros y escondidos de las montañas asturianas. La leyenda narra que trabajan sin cesar tejiendo madejas de hilo de oro y custodian grandes tesoros que pocos humanos han descubierto. Cuentan que en la noche de San Juan las Xanas se dejan ver para encantar a jóvenes solitarios y así poder salir de su cautiverio……
Estábamos alojados en
La ruta comienza a unos
El inicio de la senda es visible, una placa de piedra y el nombre de la ruta esculpido en ella nos indica el camino.
Comenzamos la ruta a través de un tranquilo sendero excavado en la pared de la montaña.
Ascendiendo despacio por la senda nos acercamos cada vez a lo más abrupto del desfiladero con unos desplomes de más de
En la pared, un pasamanos de cuerda nos puede ayudar si el vértigo se hace notar, aunque para nada es una ruta peligrosa si la prudencia nos acompaña.
Mientras caminamos, oiremos de fondo el ruido del río Viescas, también llamado de las Xanas, en su camino hacía el río Trubia, aunque será difícil verlo.
Corre arropado de vertiginosas paredes y arbustos junto a su cauce.
Después de poco más de
Seguimos caminando junto al cauce y tras pasar cerca de los restos de un molino y subir por unos escalones de troncos, alcanzamos el final de nuestra ruta “gracias” a una empinada cuesta. Arriba, verdes prados, caballos y una ermita del pueblo de Pedroveya nos acompañan en nuestro merecido descanso, un precioso lugar para recuperar fuerzas..
Para volver, el mismo camino, poco más de
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