En nuestro camino de vuelta a Madrid, y de camino a las Cuevas de Valporquero pasamos por el Valle de Babia en la provincia de León.
Hay un dicho popular que dice: "Estar en babia" y os explico que significa... . Los reyes de León pasaban largas temporadas en esta zona, sobre todo en verano. Al parecer el Valle de Babia producía un efecto relajante en los monarcas, se aislaban de esta manera de los problemas de la corte....Además cuando no querían recibir a audiencia hacían decir a sus vasallos "Los Reyes están en Babia". Con el paso del tiempo, la expresión "estar en babia" se aplicaba a la gente que estaba ensimismada o despistada. Curioso ¿No?
Después de un camino algo difícil por carreteras comarcales no demasiado buenas pero con un paisaje precioso llegamos a las Cuevas de Valporquero.La visita, cuya entrada teníamos reservada por Internet. (http://www.dipuleon.es) duró alrededor de hora y media. Fue un agradable paseo por distintas salas donde pudimos admirar una extraordinaria combinación de agua, minerales y tiempo.
A lo largo de miles de años el arroyo Valporquero se fue filtrando a través de poros y grietas disolviendo y arrastrando minerales como el carbonato calcito y hoy disfrutamos de una cueva con una magia especial. Una maravilla natural.
En ella podemos contemplar más de tres Km de galerias con espectaculares estalactitas y estalacmitas, formando a veces decorados fantásticos.
La cueva tiene diferentes salas,.La primera de ellas es la llamada Pequeñas Maravillas después retrocedimos y llegamos a la Gran Rotonda, una sala de dimensiones impresionantes; Tiene una superficie de más de 5000 metros cuadrados y una altura de 20 metros.
Subiendo por unas escaleras llegamos a la sala denominada de Las Hadas; Está en una estrecha galería y si te asomas al borde,se oye con más intensidad el río.
Después de pasar por el Cementerio Estalactítico, llegamos a otra sala impresionante, la Gran Vía, un largo pasillo con una longitud de casi 300 m de largo, una anchura de poco más de 8 metros y una altura de casi 30 metros. Además de sus dimensiones, los colores de las paredes y el techo eran sorprendentes.
El final fue la sala más espectacular de la cueva ,la sala de las Maravillas.
Su techo era impresionante, lastima que las fotos salieron movidas, yo creo que tenia tantas maravillas delante que no sabía por donde empezar, me traicionaron los nervios, porque además la visita se acababa y teníamos que seguir al guía.
Espero que me perdonéis por las fotos.Comimos en una zona de picnic de la cueva y de regreso a Madrid,y para dejar un buen recuerdo de nuestra escapada, paramos en las Hoces de Vegacervera.
Las Hoces de Vegacervera es un desfiladero que el río Torío recorre encajonado entre paredes de más de 100 metros de altura.
La carretera pasa por las Hoces pero en un pequeño hueco pudimos parar y hacer allí las últimas fotos de nuestra escapada.
!Y se acabó!.....Por ahora. 
