El día que dedicamos a visitar Ponferrada era un día frío, muy frío. Cuando llegamos a la ciudad buscamos un café para tomarnos algo calentito y emprender la visita con más ánimo.
Ponferrada es la capital del Bierzo, una región de la provincia de León, pero¿sabéis que significa su nombre?
Os lo cuento.
En el siglo XI y con el fin de facilitar el paso de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, el Obispo de Astorga mando construir un puente que se reforzó posteriormente con hierro, es decir, Pont Ferrata , y de ahí derivó el nombre de la ciudad: Pon-ferrada.
Después del cafelito y a pesar del frío, recorrimos la ciudad, el Ayuntamiento con una fachada Barroca, detrás, la Torre del Reloj y debajo la Puerta de Eras, una de las puertas del cercado medieval que rodeaba Ponferrada. El reloj de la Torre fue instalado a principios del siglo XIX en 1803.Y en la plaza, la basílica de La Virgen de la Encina.
La leyenda cuenta que la imagen de la esta virgen negra, aquí la llaman La Morenica fue encontrada por un caballero Templario en el hueco de una encima; Allí la habían escondido para protegerla de los invasores árabes y desde entonces es la patrona, no solo de la ciudad, sino también de toda la comarca del Bierzo.
Cerca de la plaza y de camino al Castillo pasamos por La Casa de los Escudos, convertida hoy en el Museo de la RadioY ahora un poco de historia de su castillo.
Cuentan que la ciudad fue donada a los Caballeros del Temple en 1178 y estos construyeron una fortaleza con el fin de proteger a los peregrinos.
Tras la disolución de la orden en 1312 , el castillo pasó por muchas manos y avatares, e incluso se dispuso su voladura para que no cayera en manos de los franceses allá por 1809,fecha en la que la ciudad fue conquistada por las tropas Napoleónicas.
Reducido a un montón de escombros, sus piedras fueron utilizadas para construir unas cuadras públicas y un mercado. También sirvió como campo de fútbol e incluso como terreno cultivable, y no fue hasta 1996 cuando se acometieron obras de recuperación y restauración del castillo.
Las obras aún no habían terminado cuando lo visitamos. Daba la impresión de que como decimos aquí "Las obras de Palacio...van despacio"
El Castillo de Ponferrada hace sombra a muchos lugares interesantes de la ciudad y a pesar de las incómodas obras de restauración, realmente es muy bonito.
Un foso rodea el castillo y este se salva con un puente levadizo que hoy es fijo para facilitar la entrada .La puerta de acceso la forman dos torreones cilíndricos unidos por un arco y sobre el arco una misteriosa T ,letra Thau que fue confundida con la T de templario.
En el interior pudimos pasear por la Ronda Baja y la Ronda Alta, dos pasillos de ronda en distintas alturas para la vigilancia del castillo y adivinar, por el plano que nos dieron a la entrada del castillo, donde estaban la Torre del Rastrillo, la de Cabrera y la Torre del Monclin, aunque fue fácil identificar la Torre del Homenaje y pudimos subir a ella.
Y desde la torre del Homenaje contemplamos una preciosa vista de la ciudad, que a pesar del frío, disfrutamos
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