Nuestro tercer y último día en Londres, realmente “medio-día” ya que a las 14.30 nos esperaba el “transfer” en el hotel para trasladarnos al aeropuerto, lo dedicamos a visitar otro de los grandes museos de Londres, el Natural History Museum.
Metro en Bayswater, hasta South Kensington para llegar en unos minutos al Museo de Historia Natural.
Una visita ineludible.
El edifico es una verdadera maravilla, parece más una catedral que un museo y tanto en su fachada como en el interior la decoración es sorprendente.
El museo tiene dos entradas, la de
Nosotros entramos por Cromwell Rd. En el hall, un gigantesco esqueleto de Diplodocos nos dio la bienvenida y mirando hacia arriba pudimos admirar un techo con preciosos frescos de plantas de todo el mundo, sus balconadas y arcos ricamente labrados consiguen también ser protagonistas de este museo.
La entrada por Exhibition Rd es también sorprendente, en este caso, las paredes están pintadas de un intenso color azul donde están representadas las constelaciones, y un enorme y metálico globo terraqueo que puedes atravesar gracias a una escalera mecánica que sirve de entrada a la sección sobre
Lo más espectacular: La zona dedicada a los Dinosaurios, con multitud de fósiles, un enorme esqueleto de Megatherium , una magnífica cabeza de mi dinosaurio favorito, el Triceratops y al final de la sala, una recreación animada de un Tiranosaurius rex muy “enfadado” que con sus 12 metros de largo y más de 5 de alto debía ser una criatura realmente temible.
Lo más curioso: En la sala entomología, la última adquisición del museo, el Phobaeticus chani, un insecto palo que mide
En este museo se mezcla con mucho acierto las exposiciones tradicionales con las últimas técnicas interactivas, de las que podemos disfrutar si tenemos tiempo y nuestro nivel de ingles nos lo permite. La visita al museo nos encantó.
Nos quedaba poco tiempo y decidimos ir caminando y hacer una última visita no tan “cultural” a los Almacenes Harrods que quedaban cerca.
Harrods es uno de los centros comerciales más lujosos del mundo,sus orígenes de Harrods datan de 1834, cuando Charles Henry Harrod fundó una pequeña tienda de comida.
En diciembre de 1883 Harrods fue víctima de un gran incendio y se derrumbó. Al poco tiempo, el edificio fue reconstruido a mayor escala.En 198 Harrods fue comprada por los hermanos Al-Fayed por 615 millones de libras.
Después de una visita rápida y de ver, además de unos precios prohibitivos, el pequeño “altar” en memoria a Dodi y Diana (1998) (aunque a mi estas cosas no me gustan demasiado) regresamos en el metro a nuestro hotel.
Y ahora sí, esto se acaba. Londres es una ciudad muy grande y con un patrimonio enorme. Durante el vuelo de vuelta fui pensando cuándo volver para ver y disfrutar todo lo que nos faltó por visitar. Se hará necesario una segunda visita…..Estoy segura.
Londres…!Volveremos!
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