Viajar a Asturias en otoño es entrar en otro mundo,un espacio donde el bosque es el protagonista, donde la naturaleza te recibe silenciosa, en estado puro. Donde los tonos ocres, pardos y rojizos del paisaje nos anuncian que el otoño llega, como un suspiro, antes del invierno.
Asturias y la Reserva Integral de Muniellos fue el lugar ideal para nuestra Escapada de Otoño .
Capitulo I : Madrid - Cangas del Narcea
Salimos de Madrid a primera hora. Poco más de 400 Km nos separan de nuestro destino: Cangas del Narcea., una pequeña ciudad en el occidente asturiano.
Después de una parada en ruta para desayunar llegamos al puerto de Leitariegos ,el limite de dos provincias, León y Asturias. Desde allí, la idea inicial era hacer una pequeña ruta de poco más de media horaun suave paseo para ver una laguna de origen glaciar: La Laguna de Arbás, en La Reserva Natural del Cueto de Arbás.
Sin embargo no pudo ser. Leitariegos estaba ¡Nevado! Y el camino hacia la laguna borrado por la nieve.¿Qué hacer. Pues disfrutar de la nieve. Fue divertido tirar bolar y tratar de andar con medio metro de nieve a nuestros piesHubo fotos y risas porque nos hundíamos al caminar.
Después de la nieve y en poco más de media hora llegamos a Cangas .Allí habíamos alquilado una Casa Rural, una casa preciosa, acogedora , muy cuidada, y con un nombre divertido: La Casa Azul de Villaconejo.( http://www.villaconejo.com) Desde aquí un beso muy fuerte a sus dueños Mati y José que nos recibieron con mucho cariño y amabilidad.
Después de comer nos fuimos a visitar el Centro de Interpretación de la Reserva Natural del Bosque de Muniellos.
Un anticipo de la visita al bosque planeada para el día siguiente.
A última hora paseamos por Cangas del Narcea.. Aparcamos cerca del puente medieval al lado de la Capilla del Carmen. En este barrio cada 16 de Julio tiene lugar La Descarga.
Os cuento..Sacan a la Virgen de la Capilla y cuando la imagen alcanza la parte más alta del puente, lanzan en poco más de 8 minutos miles de cohetes, aquí llamados voladores.Todo un espectáculo.
En las calles de Cangas es fácil encontrar recuerdos de nobleza, palacios y casonas con blasones y escudos. Vimos el Palacio de Omaña, el Palacio de los Condes de Toreno, la Casa de los Peñalba..y algo que no pasa desapercibido, atravesando la cuidad, desde la Colegiata de Santa María, hay un moderno Puente Colgante.Pasar por el puente fue divertido, a pesar de parecer muy firme y seguro, con nuestros pasos se movíay mucho.
Algo que para los habitantes de Cangas no parecía tener mucha importancia, ni se inmutaban al pasar, es más, parecía que no les importaba el balanceo.
Será que están acostumbrados.
Será eso..
Mañana toca bosque.Os espero.
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