El regreso a casa después de nuestras vacaciones de verano podría ser algo especial. Una parada en Córdoba nos permitiría pasear por las callejuelas del Barrio de la Judería, visitar los Alcázares de los Reyes Cristianos, envolvernos en el misterio y la belleza de su Mezquita, recordad a figuras relevantes de su legado cultural como Seneca, Maimonides o Averroes……
Córdoba estaba dentro de nuestra ruta de vuelta de las vacaciones y su visita fue un estupendo punto final. Córdoba nos cautivó.
Nuestra visita comenzó traspasando una de las puertas de entrada a la ciudad, la Puerta de Almodóvar. Conocida en la época musulmana como la Bad al-Yawz junto a ella la escultura al filósofo y dramaturgo cordobés Séneca y una pequeña parte de las antiguas murallas.
Por la estrecha calle de Judíos llegamos a la Sinagoga, un edificio que puede pasar inadvertido, ya que nada en su fachada exterior nos indica su presencia. Esta Sinagoga no era la única que existía en Córdoba pero es, junto a la de Toledo de las pocas que se conservan. En las paredes yeserias mudéjares y tres balcones en una galería superior para las mujeres. Como única decoración, un candelabro de siete brazos o “Menorah” símbolo oficial del estado de Israel.
A unos pasos de la sinagoga y en una pequeña plaza, el monumento a Maimonides, un gran pensador y filósofo judío, nacido en Córdoba.
Seguimos nuestro paseo hasta los Alcázares de los Reyes Cristianos.
Entre sus muros se resume una parte muy importante de la historia de la ciudad. Durante la época musulmana fue Palacio Califal, a continuación residencia real de Fernando III el Santo, también fue cuartel de las tropas de los Reyes Católicos desde donde se organizó la conquista del reino de Granada, más tarde alojó al Tribunal de la Inquisición y tras su abolición por las Cortes de Cádiz en 1812, el edificio se convirtió en cárcel; posteriormente, sirvió para instalaciones militares hasta que en 1955 el edificio fue cedido al ayuntamiento de Córdoba.
Comenzamos nuestra visita por los jardines, antiguo huerto donde palmeras, cipreses, naranjos y limoneros hoy se alternan con fuentes y estanques y un pedestal, con las esculturas de Colon y los Reyes Católicos, nos recuerda las conversaciones que mantuvieron precisamente en alguna sala de este Alcázar.
El edificio del Alcázar esta protegido por varias torres que recorrimos por el paseo de ronda. La torre del Homenaje donde se proclamaban los reyes, la Torre del León, llamada así por la figura de una de sus gárgolas y la Torre de la Inquisición.
La Torre de la Paloma no pudo resistir el paso del tiempo y solo es posible recordarla por los grabados de la época.
Dentro del Alcázar es destacable el Salón de los Mosaicos, donde podemos admirar en sus paredes un conjunto de mosaicos encontrados en la plaza de la Corredera y que formaban parte de una mansión romana.
Las figuras de Polifemo y Galatea, el Cíclope y Medusa , Eros y Psique, la Máscara del Océano son sus protagonistas. Completando la decoración arcones y mesas del siglo XVI.
Pasando por el Arco del Triunfo llegamos, no sin ciertas dificultades, había obras de restauración, al Puente Romano, y lo encontramos revestido de una amalgama de color vainilla que ocultaba su piedra, con una barandilla también revestida, y con una iluminación y unas papeleras muy modernas nada acordes con la fisonomía y origen del puente. ¡De pena!
No soy experta para nada en restauración pero ver el puente así, fue una gran desilusión.
Caminando llegamos a la Calleja de las flores, que nos ofrece una imagen muy fotografiada de la torre de la mezquita en el marco de un típico patio cordobés.
Seguimos recorriendo la ciudad para acercamos a la Plaza del Potro llamada así porque coronando la fuente del centro de la plaza, hay una pequeña figura de un potro que levanta sus patas y sujeta el escudo de la ciudad. En la plaza existe todavía la Posada del Potro citada por Cervantes en El Quijote y se halla también allí el museo de Bellas Artes y el Museo de Julio Romero de Torres.
Nos decidimos a visitar el Museo de Julio Romero de Torres, porque era una excelente ocasión para conocer sus cuadros ya que no es fácil encontrar muestras de este pintor fuera de Córdoba.
Es un museo pequeño y en sus seis salas pudimos ver cuadros tan representativos como El Poema de Córdoba, la Virgen de los Faroles, Bendición, Carmen, Mujer de Córdoba….composiciones donde, la mujer andaluza, el cante y el flamenco son los protagonistas.
También en una de las vitrinas del museo se guardan la guitarra, la capa y el sombrero del pintor.
Nuestras últimas horas en Córdoba las dedicamos a visitar el monumento más emblemático de la ciudad: La Mezquita-Catedral
Su construcción comenzó en el siglo VIII por orden de Abd alRahman I cimentada sobre la planta de la catedral visigótica de San Vicente, le sucedido Abd alRahman II que amplió la mezquita hacia el sur y construyó un nuevo 'mihrab'. Posteriormente AlHakam II, cuya ampliación fue la mas espectacular, añadió al conjunto una hermosa cúpula y por ultimo la reforma de Almanzor incluyendo una ampliación al Patio de los Naranjos.
Cuatro gobernantes Omeyas que nos dejaron una muestra sorprendente de su cultura y de su arte.
Pero aquí no acaba su historia…A principios del siglo XII fue convertida en catedral y se añadieron muchas capillas y otros símbolos de culto católico.
En el siglo XIII fue convertida en Catedral.
Y fue durante el reinado de los Reyes Católicos cuando se autoriza la “Capilla Mayor” y aunque la oposición del cabildo Municipal y de los cordobeses fue contundente, en 1523 y por mandato de Carlos I se inicia la gran reforma que intercalaría un templo católico entre la construcción de Abd alRahman II y parte de Almanzor .
La reforma se termino en 1766.
Contemplar hoy este grandioso y magnifico monumento es un privilegio, por eso nuestra visita a la Mezquita fue tranquila y con detenimiento, haciendo muchas fotos y recreándonos en cada arcada, columna o capilla.
No fue posible visitar el famoso “Cristo de los Faroles” la plaza de la Corredera o un lugar muy recomendable en la afueras de Córdoba: Medina Azahara.
Después de esta visita rápida pero intensa a la ciudad cordobesa, emprendimos nuestro regreso a Madrid, con un agradable sentimiento de haber aprovechado maravillosamente el viaje de vuelta a casa .
2 comentarios:
sabes qué? por tercera vez que habíamos planteado irnos a Praga, y por tercera vez que que no podemos ir.
Ante este contratiempo, y puesto que es el mes de mayo, decidimos cambiar los planes por Córdoba y sus patios. Hace ya mucho tiempo que tengo ganas de ir. Tomo buena nota de tu experiencia, a ver qué nos da tiempo a visitar, ya que también daremos una vuelta por Granada.
Estoy muy ilusionada porque, además, por mis venas corre sangre cordobes, e iremos un par de días al pueblo de mi madre.
Ya te contaré...
Bss,
praga se hace de rogar....este cambio sigue siendo muy bueno.
Espero que me cuentes...
Bss.
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